Entrenamientos psicológicos. ¿No solo beneficio, sino también daño?

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Entrenamientos psicológicos. ¿No solo beneficio, sino también daño?
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Anonim

Varios entrenamientos psicológicos han ganado popularidad recientemente. Algunas personas consideran necesario desarrollarse como persona y dedicar tiempo y esfuerzo a su crecimiento espiritual. Sin embargo, no todas las personas encuentran el camino correcto para la superación personal.

Entre los entrenamientos psicológicos hay buenos, inútiles e incluso peligrosos para una persona. Antes de comenzar a dominar cualquier programa de desarrollo personal, aprenda más sobre el entrenador, los comentarios y los resultados. De lo contrario, corre el riesgo de entrar en laicos.

Terapia de choque

Mientras asiste a algunos entrenamientos, existe el peligro de que los participantes se estresen mucho. A veces los entrenadores no entienden el tema de la lección, pero esto no les molesta. Al poseer un conocimiento superficial de la psicología y haber desarrollado un cierto modelo de comportamiento, le enseñan a otras personas, sin prestar atención a sus características individuales.

Como resultado, los participantes obtienen un verdadero shock. El anfitrión de la capacitación hace que no solo salgan de la zona de confort, sino que también realmente se superen. Debido a tales acciones, la psique de los miembros de la audiencia sufre.

Es importante comprender que es casi imposible aplicar algún tipo de modelo universal de comportamiento para todas las personas. Tienen diferentes personajes, problemas y principios. Es muy difícil llevar a cabo una clase magistral sobre crecimiento personal para varias personas al mismo tiempo.

Simplemente no hay una respuesta simple a preguntas tan importantes como cómo tener éxito, cómo casarse, cómo tener más confianza.

Algunos entrenadores, que no son psicólogos profesionales, intentan mantener su autoridad frente a la audiencia. Para levantarse a los ojos de las personas que llegaron a su ocupación, se afirman eligiendo víctimas del salón y reprimiendo su voluntad.

Los sujetos generalmente resisten mal, ya que confían ciegamente en el facilitador y creen que estas manipulaciones desagradables son parte de la terapia. Los participantes seleccionados reciben un fuerte golpe a la autoestima y la psique. Sin embargo, se logró el objetivo principal del entrenador: se obtuvo el efecto deseado.