El conformismo es una forma de comportamiento en la cual el individuo no se opone a la sociedad, tratando de cumplir con sus estándares tanto como sea posible. Por un lado, tal calidad es útil para la socialización, pero por otro, puede causar degradación de la personalidad.
¿Quiénes son los conformistas?
Los conformistas son personas que son bienvenidas en cualquier comunidad, porque aceptan mansamente cualquier regla y norma, abandonando fácilmente sus propios principios y valores a favor de la sociedad. Un cierto nivel de conformismo es inherente a la mayoría de las personas, ya que sin esta cualidad es imposible existir efectivamente en la sociedad humana. Además, el conformismo es una reacción defensiva bastante efectiva, que permite que una persona no atraiga demasiada atención.
Hans Christian Andersen da un vívido ejemplo de conformismo en el cuento de hadas "El nuevo vestido del rey", donde el único inconformista era un niño pequeño.
Sin embargo, como es el caso con la mayoría de los fenómenos, el comportamiento conformista también tiene aspectos negativos. En primer lugar, esta es una negativa voluntaria a tener una opinión. Si una persona está tan interesada en ser aceptada en un grupo social particular que siempre está dispuesta a sacrificar su punto de vista, esto significa una degradación significativa de la persona. Al final, esas personas se vuelven incapaces de pensar de manera independiente y evaluar hechos, fenómenos o eventos. Paradójicamente, la sociedad sufre de conformistas, ya que la falta de iniciativa, la inercia y la pasividad de sus miembros conducen al estancamiento.
Muchos psicólogos, por ejemplo, Erich Fromm, creían que el conformismo es el precio que la gente está dispuesta a pagar para deshacerse de la soledad, aunque destruye su "yo".