Cómo defenderte de los cargos

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Anonim

Nadie está a salvo de los errores, pero sucede que un pequeño error provoca una tormenta de indignación desde el exterior. Sucede que las afirmaciones son completamente infundadas, pero es casi imposible detener el flujo de acusaciones e insultos. ¿Qué hacer en esta situación? Para salir de la dignidad con dignidad, debes tomar el control de tus emociones.

Manual de instrucciones

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No interrumpas a tu oponente. Escucha en silencio todas sus afirmaciones, sin intentar insertar una palabra. Lo más probable es que el fiscal espere una reacción violenta de su parte: emociones, intentos de justificarse y defender su punto de vista. Sin embargo, no debe mantener un tono de comunicación determinado y cambiar a tonos elevados. Escuche con calma todos los reclamos, incluso si son completamente infundados.

2

Usa tu imaginación para mantenerte fresco. Estar bajo una lluvia de acusaciones no es tan fácil, deja que tu propia imaginación te ayude. Hay muchos métodos populares para recuperar la confianza en sí mismo y repeler el ataque mental de un adversario. Por ejemplo, imagine que entre ustedes hay una gruesa pared de vidrio: las palabras del oponente la golpean y vuelan hacia atrás. Intenta maximizar el detalle del obstáculo, piensa en su color, textura.

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Puedes usar tramas menos humanas. Por ejemplo, vierte un cubo imaginario de agua helada sobre la cabeza de un oponente o tira un cubo de basura sobre él. En cualquier caso, cada uno de estos métodos le permite distraer y percibir con menos dolor las acusaciones y ataques.

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Toma la palabra Esto debe hacerse solo cuando el interlocutor ha completado su diatriba. En ningún caso no ponga excusas, comience su discurso con las frases "Usted no entendió bien", "No fui yo …", etc. Si realmente cometió un error, no tenga miedo de admitir abiertamente su error. Pero, por supuesto, no debes culparte a ti mismo.

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Evite responder a los insultos lo mismo. Si su oponente no puede calmarse y comenzar una conversación constructiva, rechace continuar la conversación en ese tono y prometa hablar más tarde.

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Sin embargo, tales tácticas no siempre pueden permitirse. Por ejemplo, en la oficina del jefe, que es excesivamente duro para denunciarlo por cualquier error, tendrá que escuchar pacientemente el discurso enojado de principio a fin. En este caso, no pierdas la confianza en ti mismo y en tu propia justicia, manteniendo terca pero cortésmente tu opinión.