Desde la infancia, nos inculcaron las leyes de la moral, una de las cuales fue: "Mentir es malo". ¿Pero es realmente así?
La duda no aparece de la nada. Está estrechamente relacionado con las personas que nos rodean, con sus opiniones y hábitos. Es por eso que las personas exitosas se vuelven aún más exitosas, y el resto se siente deprimido y culpable. Por lo tanto, es muy importante controlar con quién nos rodeamos.
Dio la casualidad de que una persona, sin saberlo, se identifica con sus asociados. Es muy fácil comenzar a caer más y más cuando te encuentras en una mala compañía. Con este desarrollo de eventos, una persona pierde rápidamente la voluntad de vivir, se rinde y deja de luchar por algo importante.
Cuando no puedes encontrar nada que pueda ayudarte, en realidad, la mentira más banal viene al rescate.
Si repites todas las mañanas: "Soy el más encantador y atractivo", tarde o temprano creerás en ello y realmente te volverás así. Por supuesto, no puedes hacerlo solo con las repeticiones, también es importante respaldar las palabras con acciones: para comunicarte con la gente, salir a algún lado, generalmente comportarte más amigablemente. Pero el resultado no tardará en llegar, y muy pronto, gracias a acciones tan simples, te convertirás en una persona carismática y agradable.
Si su entorno le inculcó una mentira negativa, nada le impide usar el equivalente positivo. La paciencia y los esfuerzos para cultivar las semillas de la confianza en uno mismo darán frutos muy pronto, y se volverá mucho más feliz y más exitoso.